La buena gramática es vital en los negocios. Una mala puntuación no solo puede cambiar el sentido de una frase y provocar importantes malentendidos, sino que, además, consigue que tu reputación salga mal parada. En el artículo de hoy te contaré qué corrector gramatical utilizar, los principales errores que todos cometemos, además de algunos principios de gramática que te pueden ayudar.
Antes de empezar, quiero hacer autocrítica, porque todos cometemos errores. Yo la primera. Por eso, no quiero que pienses que soy la reencarnación de Cervantes y que cualquiera puede mejorar su gramática y, de paso, comunicar mejor.
Por qué utilizar un corrector gramatical
La amarga verdad sobre cualquier corrector gramatical es que no te hará mejor escritor.
Explicar ideas con claridad, saberse expresar con precisión y llevar al lector del punto A al punto B sin que sienta dolor no es fácil.
Sin embargo, un buen corrector gramatical te ayudará, al menos, a intentar aliviar una tarea que nadie, ni el mejor escritor del mundo, debe obviar: la edición. Si estás pensando contratar un editor web, lee antes este artículo.
Revisar los textos es casi tan importante como escribirlos correctamente. No es casualidad que se atribuya a Hemingway la frase de “Escribe borracho, edita sobrio“.
Para editar hace falta poner los cinco sentidos en lo que estás haciendo, o lo harás mal. En esta tarea, a la que se dedican profesionalmente muchas personas, un corrector gramatical puede ayudarte mucho. Al menos, con los errores más gordos, esos que te hacen quedar fatal cuando no revisas los textos o, simplemente, se te escapa algo.
Los correctores gramaticales tienen sus riesgos
Mientras investigaba sobre este tema para redactar el artículo de hoy he topado con un texto interesante que me confirma una realidad experimentada con mucha frecuencia: el traductor de Google es una caca pinchada en un palo. ?➕⛏️
Ya me perdonarás la ordinariez (que una es una señora), pero no se puede definir de otra manera.
De hecho, los que dicen que a los redactores nos queda poca vida, les animo a copiar este artículo y traducirlo a un idioma en el que sean nativos (no vale saber muy bien inglés). Verás qué churro de texto consigues.
Y si esto le sucede al traductor de Google, ¿qué no les pasará a los correctores ortográficos?
Nos señalan errores que no siempre lo son, además de que “aprenden” de forma incorrecta.
Me explico. Por ejemplo, si escribo “Cuando automatizas tus acciones de email marketing, ahorras tiempo y aumentas la conversión“, Google Docs señala la palabra “aumentas” como errónea y me sugiere una corrección ortográfica y gramatical que no es válida.
Siempre puedes añadir la palabra al diccionario personal, para evitar que la vuelva a señalar como errónea. Sin embargo, te advierto que esta acción puede darte problemas en algún momento en el futuro. ¡Me ha pasado!
El mejor corrector gramatical en español
Si estuviéramos hablando de un corrector gramatical en otro idioma, tendríamos varias opciones a las que recurrir.
Lamentablemente, la gramática española es la más compleja de las lenguas romances y tenemos menos donde elegir a la hora de ayudarnos a detectar errores ortográficos.
Mi recomendación es que cada vez que tengas una duda gramatical, acudas a las fuentes que te expliquen el porqué y aprendas a utilizar esa regla. Solo podrás ser un gran redactor o generador de contenidos si primero aprendes las reglas básicas para después saltártelas a la torera.
Sin embargo, como he comentado al inicio de esta entrada, un corrector gramatical te ayudará a pulir los errores más graves o a agilizar tu proceso de edición.
Después de mucho investigar, tengo dos buenos candidatos, ambos online, debido a que no he sido capaz de instalar uno de ellos en forma de plugin en WordPress.
Stilus, un corrector gramatical avanzado
El primero de los dos correctores que voy a repasar es sorprendentemente eficaz.
Se llama Stilus y, como he comentado con anterioridad, puedes disfrutarlo online o intentar instalarlo en tu WordPress. Yo no lo he conseguido, probablemente por alguna mala interacción con otro plugin, pero he comprobado que teniendo la versión online, no es un problema muy grave.
Te animo a que introduzcas cualquier texto al azar. No solo detecta errores gramaticales, sino que te sugiere términos más adecuados, sinónimos o incluso señala si las frases son demasiado largas.
Stilus está dirigido a estudiantes, escritores, redactores y traductores, además de a todos aquellos que desean mejorar su gramática y redacción.
Me ha gustado que Stilus incluya las referencias a las fuentes cuando te sugiere alguna corrección, casi siempre procedentes de una web que conoces bien, Fundéu, el buscador urgente de dudas.
Language Tool, con extensión de Chrome
El segundo corrector gramatical que voy a repasar en la entrada de hoy es también muy eficaz. Cuenta con la ventaja añadida de que posee una extensión de Chrome que comprueba el texto de la página actual, sea donde sea. Por ejemplo, mientras escribo este texto, puedo comprobar si el texto es correcto gramaticalmente.
Personalmente, prefiero Stilus porque además de errores gramaticales te permite mejorar tu redacción, algo que no sucede con otros correctores gramaticales.
Sin embargo, como no he podido instalar el plugin en mi sistema de gestor de contenidos, Language Tool parece la opción más cómoda y rápida de comprobar el texto que estás escribiendo, sea en un correo, en un blog o en WhatsApp.
Principales errores en gramática española
Las herramientas están muy bien, pero como he comentado, no te harán mejor redactor. Para mejorar, debes conocer las reglas elementales de gramática española, así como el porqué de cada una de las normas que la rigen con mano férrea (según algunos, un poco menos férrea).
Aunque podría extenderme durante meses en este análisis, voy a centrarme en los principales problemas a los que me enfrento cuando redacto para este blog y para otros clientes.
Acentos, ¡qué lío!
No soy filóloga ni periodista, por lo que te voy a remitir a un blog imprescindible si quieres mejorar tu gramática o aclarar dudas, Orígenes, etimología y gramática histórica del castellano.
No tiene desperdicio, te lo aseguro. Aprenderás a distinguir los errores más comunes, además de mejorar tu vocabulario y probar cosas nuevas (estilísticamente hablando, se entiende).
En este blog, se enumeran una serie de errores comprensibles relacionados con los acentos, ese error en el que caemos todos y que es tan complicado solucionar.
Resumiré brevemente un artículo amplio y bien estructurado sobre los errores de acentos más comunes.
• Este, ese, aquel, eso, esto, aquello, esa, esta, aquella, etc. Todos estos pronombres ya no llevan tilde, independientemente de su función y contexto según la RAE. ¿Su motivo? Estaban incorrectamente acentuadas porque son, en su mayoría, palabras graves y por sus terminaciones no pueden llevar tilde. Mucha, muchísima gente las sigue acentuando, lo que no deja de sorprenderme, porque la norma relacionada cambió hace bastante.
• Ti. Probablemente debido a que se asemeja a “mí” como pronombre, muchas personas acentúan esta palabra. Error garrafal.
• Porque, porqué, por que y por qué. “Porque” se utiliza cuando funciona como un nexo causal (Me escapé porque estaba harto). “Porqué” se utiliza cuando se puede sustituir por un motivo sin añadir ni quitar nada. ¡Ojo porque es un sustantivo! (El porqué de tu reclamación no tiene sentido). “Por que” se compone de la preposición “por” y del pronombre relativo “que”. Se puede sustituir por “el cual” (Fueron varios los delitos por que fue juzgado). Por último, “por qué” se usa en oraciones interrogativas, directas e indirectas (No sé por qué se porta tan mal).
• Los monosílabos “di”, “des”, “das”, “dio”, “fue”, “fe” y “pie” no llevan tilde. Y punto.
• Los monosílabos “él”, “dé” (del verbo dar), “té” (infusión), “sé” (del verbo saber), “tú” (pronombre personal), “sí” (afirmación), “más” (cantidad) y “mí” (pronombre), sí llevan tilde.
• Solo. Desde 1959 la RAE desaconseja acentuar esta palabra independientemente del contexto. Aún así, la veo acentuada a diario. Y mira que ha llovido desde 1959…
• Aun y aún. Lo más probable es que utilices casi siempre “aún”, ya que es más común (Aún es pronto para salir a pasear). Se utiliza cuando se puede intercambiar por “todavía”.
Signos de puntuación, seamos serios
Ojo que los errores antes mencionados solo son los más comunes que puedes encontrar en la redacción profesional. Ni que decir tiene que, si quieres ser escritor profesional, tu conocimiento de la gramática española debería ser mucho más profundo.
El vocabulario que se utiliza en internet es más sencillo y asequible al común de los mortales, como te conté en la entrada sobre legibilidad web.
Vayamos ahora a por los signos de puntuación.
Los errores más comunes a la hora de usar puntos, comas y puntos y comas son fáciles de solucionar. Mi recomendación, como he comentado ¡infinitas veces! es leer los textos en voz alta.
¿Por qué los signos de puntuación son importantes? Porque ayudan a la comprensión del mensaje y evitan confusiones tan graves como la famosa anécdota de Carlos V.
Al firmar una condena de muerte, el monarca observó la siguiente frase:
Perdón imposible, que cumpla su condena.
Justo antes de firmar, y apiadándose del reo, decidió mover la coma de la siguiente manera:
Perdón, imposible que cumpla su condena.
¡Menuda diferencia! Las comas, los puntos y los puntos y coma pueden “marcar la diferencia” por utilizar una frase hecha.
• En una enumeración en la que la última palabra se une a las demás con la conjunción “y”, no se pone coma. (María, Paloma, Itziar y Aurora se quedaron en casa)
• En los encabezamientos de los correos electrónicos, deberías poner dos puntos en lugar de una coma.
• “Esto es”, “es decir”, “así que”, “sin embargo”, “pero”, “no obstante”, “aunque” y “sino” deben llevar una coma, unas veces antes y otras, después. (Sin embargo, considero muy importante su uso en los países de habla hispana.)
• Los puntos finales de las frases deben ir fuera de los paréntesis. Como por ejemplo, en la siguiente frase: Mi madre estará orgullosa de mi (o eso espero).
• Después de dos puntos, y por regla general, no colocamos mayúsculas. Esta regla tiene varias excepciones que puedes consultar en la citada web de Fundéu.
• El punto y coma se utiliza en pocas ocasiones y sirve para separar unidades con sentido autónomo. Fundéu concreta el uso del punto y coma en el entorno periodístico en dos casos: en enumeraciones y ante conectores.
Un ejemplo del primero de los casos sería la frase “Cada miembro de la empresa se encargó de planificar una tarea: los de contabilidad, del flujo de caja; los de marketing, de las ventas futuras; los de recursos humanos, de cómo captar más talento y los de logística, de cómo mejorar la entrega de mercancías.“
Un ejemplo del segundo de los casos sería la frase “Los alumnos estudiaron con intensidad durante todo el curso; sin embargo, los resultados no fueron los que sus profesores esperaban.“
La última de las reglas, se la dejo a un maestro “un poco” más experimentado que yo.
Cuida la cohesión gramatical
Según la Wikipedia, se denomina cohesión gramatical a “la propiedad que permite que cada una de las frases de un texto se interprete en relación con las demás“.
Es interesante señalar que hay diversos mecanismos que permiten que un texto tenga cohesión.
Como gran aficionada que soy al cine y la literatura, siempre comparo los textos con el diseño de los personajes. Un guión o una novela tiene cohesión (funciona) cuando los personajes están descritos o perfilados con la misma profundidad y coherencia.
Es decir, no tendría sentido emplear planos y planos o páginas y páginas para describir en detalle la psicología de un personaje, dejando de lado el resto (si ambos son protagonistas).
Para lograr esta cohesión, puedes utilizar varios sistemas.
Sustitución por sinónimos
Cada persona utiliza un conjunto de sinónimos propio, que permite identificar un texto como perteneciente a un autor.
Puedes aprovechar este artículo para repasar cuáles son tus sinónimos favoritos y si son los suficientemente ricos.
Repeticiones de la misma palabra
Aquí debes tener mucho cuidado, porque repetir constantemente la misma palabra o el mismo conjunto de palabras, puede dar a tus textos un aspecto pobre o descuidado.
Marcadores del discurso
Te recomiendo vivamente que consultes la página de Wikipedia relacionada con este tema, ya que los marcadores del discurso son útiles para organizar el texto en forma global y le darán coherencia a tu texto o el de tu empresa.
Aunque es un tema muy complejo, a grandes rasgos un texto puede adquirir coherencia textual si utilizas marcadores del discurso como “pues bien“, “así las cosas” o “sin embargo“, tres conectores que servidora utiliza con mucha frecuencia y que, espero, aporten cohesión a mis textos.
¿Qué corrector gramatical utilizas tú? ¿Cometes algunos de estos errores comprensibles pero matadores? Te espero en los comentarios.
0 comentarios