Parte del éxito en los negocios se basa en “estar en el momento justo y en el lugar indicado”. A igualdad de condiciones, triunfará el que sepa elegir su momento y lugar. Las claves de marketing de contenidos son exactamente igual.
Hay muchos contenidos ahí fuera de gran calidad. Pero si no aciertan con el lugar (canal) y el momento (contexto), la estrategia de marketing de contenidos no tendrá éxito.
Las claves de marketing de contenidos: contexto y canal
¿Es suficiente con crear mucho contenido sin tener en cuenta el contexto? No. Hoy en día, y cada vez más, el contexto a la hora de comunicarse con el cliente es primordial.
De hecho, una gran mayoría de los que han tenido una mala experiencia con una marca, les molesta especialmente que no se respetaran los tiempos en las reclamaciones.
Es decir, tengo una necesidad (que me atiendan), pero no se respeta el contexto (ahora), ni el canal (las redes sociales, por ejemplo).
Buyer personas, sí. Buyer personas con contexto, mejor
Muchos profesionales del marketing ya están utilizando los perfiles de cliente ideal. Son la herramienta necesaria para conocer a fondo a los consumidores cuya atención queremos captar.
El problema radica en que no siempre nuestros clientes ideales sienten las necesidades que cubrimos en el momento que a nosotros nos gustaría.
¿Qué sucede cuando el contexto y el canal no coinciden? ¿Y si la necesidad surge en el punto de venta y no en internet? ¿Qué pueden hacer los contenidos para aunar esos dos puntos? Y lo que es más importante, ¿Cómo atraigo a mi cliente ideal cuando está en el canal pero no tiene una necesidad?
Los mapas de experiencia son útiles en este sentido, porque nos ayudan a identificar el viaje que realizan los consumidores.
Conocer los pasos que siguen aquellos que nos buscan, puede reunir contento y canal.
Es necesario que ese perfil del cliente ideal incluya los momentos adecuados. Dependiendo de ese contexto, el contenido tendrá características propias.
Cómo casar contexto, canal y contenido
El gran inconveniente que tiene no conocer las claves de marketing de contenidos es olvidar tres conceptos: contexto, canal y contenido.
Lo primero que tienes que considerar es que los contenidos es que hay que consumirlos (obvio).
Me explico. Si tenemos una necesidad, estaremos fuertemente impulsados a buscar y consumir contenidos. En este caso, los post en blog y los vídeos, serían la mejor manera de unir los tres conceptos.
El contenido en estos casos, dependerá en gran medida de la complejidad del producto. No crearemos lo mismo si queremos vender esmalte de uñas que si queremos enseñar a alicatar el baño. Además, cuando el producto que vendemos no se puede adquirir online, los contenidos necesitarán de ración doble de persuasión.
En este sentido, Leroy Merlin utiliza bien estas claves de marketing de contenidos para enganchar a su audiencia.
En su canal de YouTube encontrarás vídeos explicativos para empezar una reforma.
Pero las aportaciones no se limitan solo a los videotutoriales. También encontrarás extractos de esos vídeos y fotos de ellos en las redes sociales de la marca y en su web corporativa bajo la sección “ideas y consejos”.
Se crea así, una tela de araña con los contenidos, de forma que las posibilidades de que contexto y canal coincidan se incrementan.
Contenido en el punto de venta, la última de las claves de marketing de contenidos
Y la cosa no se queda ahí. Otra forma de hacer que coincida la necesidad del cliente y el momento en el que lo necesita es implementar sistemas de reproducción de contenidos en la tienda física.
Todavía no hay muchos establecimientos que hayan dado el salto, pero sí que hay buenos ejemplos de empresas que empiezan a entender que es necesario que la experiencia del cliente en el punto de venta sea coherente con la que tiene online.
Si pretendemos aspirar a que cuando el usuario siente una necesidad, estemos en el “momento justo y en el lugar indicado”, es necesario asumir que los contenidos deben personalizarse al canal y al contexto, ajustándose así a las claves de marketing de contenidos que he enunciado en este artículo.
Para ello, habrá sido necesaria una planificación previa que incluya la pregunta del millón ¿En qué momento mi cliente va a necesitar mi ayuda?
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