Cómo ser más creativo es una de los retos diarios de los profesionales del marketing. Especialmente, si muchas de las tareas recaen sobre la misma persona. ¿Crees que sabes cómo ser más creativo? Aquí tenéis la segunda parte del post del libro de Jack Foster “How Get Ideas”, cuya primera parte vimos la semana pasada.
7/ Replantea tus principios
“Mucha gente preferiría morir antes que pensar. He hecho, lo hacen” Bertrand Russell.
La forma en la que piensas afecta al tipo de ideas que tienes. Si cambias la forma en la que abordas los problemas, las ideas creativas surgirán de lugares inesperados. Puedes practicar los siguientes tipos de pensamiento:
Pensamiento Visual
Desde pequeños nos enseñan a expresar nuestros pensamientos con palabras. Una palabra da lugar a una imagen mental, y una idea compleja es una cadena de palabras que la enuncian.
Sin embargo, algunas de las ideas más brillantes de nuestro tiempo pensaban en imágenes. Frank Lloyd Wright vio edificios integrados en la naturaleza como parte de una forma orgánica de concebir la arquitectura. Niels Bohr imaginó su modelo atómico como el esquema del sistema solar. Y la lista sigue y sigue. Ninguno pensó en palabras, pensaron en imágenes, en relaciones, en metáforas, en ideas.
Pensamiento Lateral
Estamos acostumbrados a pensar de forma lineal, tanto vertical como horizontalmente. Vamos del punto A al punto B, ponemos un pie después de otro, un ladrillo sobre otro.
Pero hay otra forma de pensamiento, el pensamiento lateral, popularizado por Edward de Bono en los años 60. Según de Bono, es posible enfrentarse a los problemas de forma imaginativa. Si seguimos el pensamiento racional, estaremos limitando el número de soluciones, mientras que ignorando estas reglas y utilizando técnicas como la provocación, las analogías o el método de inversión es posible dar saltos que generen respuestas creativas.
No asumir limitaciones que no existen
De todos es conocido el ejercicio de los 9 puntos y las cuatro líneas. Un problema (aparentemente) sin solución que se revela sencillo sin rompemos con las fronteras que nunca existieron. Los americanos lo llaman “Thinking outside the box”, algo así como pensar fuera de la caja.
Establece algunos límites
Puede parece contradictorio cuando acabamos de decir que no hay que imponerlos. Pero es cierto que el exceso de libertad genera caos. Algunos parámetros elementales (no limitaciones imaginarias) son necesarios para que las ideas se ajusten las necesidades del problema.
8/ Aprende a combinar
“El asma no me molesta demasiado, siempre que no haya alrededor cigarros o perros. Lo que más me podría molestar es un perro fumando un cigarro” Steve Allen.
Una idea es una forma nueva de combinar viejos elementos de una forma única e inesperada. Según esta definición está claro que aquellos con capacidad para combinar elementos tienen parte del camino hecho.
Estas son algunas formas para aprender a combinar que nos propone Foster:
Buscar analogías
¿Es tu problema similar a algún otro? Si el beneficio de tu producto es la velocidad, ¿Qué es lo más rápido que existe en el mundo? ¿Puedes comparar tu producto a eso? ¿Qué es lo más lento que existe? ¿Puedes crear una analogía entre estos elementos?
Rompe las reglas
Según Foster, toda actividad humana tiene sus propias reglas, su propia forma de hacer las cosas. Y precisamente estas reglas (como ya hemos visto en epígrafes anteriores) son las que a veces pueden ser limitantes y paralizadoras de las ideas que pugnan por nacer.
Entre los ejemplos más clarificadores de cómo se pueden romper estas reglas están los sucesivos movimientos artísticos que llenaron el siglo XX de maravillas fruto del impresionismo, el cubismo, el fauvismo y tantos otros. Pero no solo el arte se ha beneficiado de la ruptura de las normas. Freud, Pasteur, Stravinsky, Gaudí, Ford y tantos otros, fueron hombres que no tuvieron miedo a romper esas reglas.
Juega a “¿Y si?”
Los que hemos trabajo en agencias de publicidad jugábamos a ¿Y si? muchas horas al día. Es una forma de encontrar la forma de presentar los beneficios de un producto o servicio.
¿Y si convirtiéramos nuestro producto en una persona? ¿Cómo sería? ¿Y si fuera un animal? ¿Cómo sería? ¿Y si fuera más barato? ¿Y si fuera más pequeño? ¿Y si fuera más grande? ¿Y si? ¿Y si?
Busca en otros campos
Como ya hemos contemplado en el punto 5 (Genera más inputs) la acumulación de capital entrante puede ayudar a buscar puntos en común para resolver un problema. Por eso, estar abiertos a soluciones en otros campos de estudio o en otras áreas de interés te permitirá descubrir soluciones a tu problema dónde menos te lo esperas.
Mucho antes de que Guttemberg inventara la imprenta las prensas de vino y el sistema para tallar monedas ya existían, pero solo a él se le ocurrió combinar estos elementos para revolucionar el mundo escrito. La utilización del vapor como forma de generar movimiento existía desde tiempos de Arquímedes, pero fue a Thomas Savery a quien se le ocurrió aplicar su principio a las primeras máquina de vapor.
Crea posibilidades
Generar una idea nueva es siempre combinar cosas que nunca antes se habían combinado. En otras palabras, generar una idea es crear oportunidades. Por lo tanto, por definición, para crear una idea tienes que crear una posibilidad. Y como el resto de las cosas que hemos visto en este proceso, para eso vale cualquiera.
9/ Define el problema
“Es mejor conocer algunas de las preguntas que todas las respuestas” James Thurber
Hacerse las preguntas correctas te llevará a resolver el problema correcto. De lo contrario puedes encontrar respuesta a problemas equivocados. Demasiado arriesgado. Por eso, genios de la talla de Einstein o Henry Ford se esforzaron por formular las preguntas adecuadas antes de buscar las soluciones.
Y por supuesto, como en todo este proceso, para llegar a las preguntas correctas puedes poner en funcionamiento todo lo que hemos tratado con anterioridad, replantea tus principios, fortalece tu coraje, piensa como un niño, etc.
10/ Recoge toda la información
“No conocemos ni una millonésima parte del uno por ciento de cualquier cosa” Thomas Edison
Conocer el problema. Conocer todo lo que esté en nuestra mano sobre el problema, su origen, su evolución, sus detalles más nimios. Para ello, pregunta, pregunta y pregunta. Busca información, consulta a amigos y enemigos, lee sobre el tema, habla con los implicados, estudia a la competencia, pero sobre todo, pon tu cabeza en ello. Céntrate en buscar la información como si fuera parte de la solución, y de hecho, lo es.
Asúmelo y haz todo lo posible por recolectar los datos. Para eso no hace falta ser un genio.
11/ Busca la idea
“Si no hay viento, rema” Proverbio latino
Foster nos introduce en este capítulo con palabras de un compañero de profesión, Cliff Einstein. “La mejor manera de tener ideas es tener ideas”. Lo que a lo largo de las siguientes páginas no explica que tener ideas produce un efecto de bola de nieve, una vez que tienes la primera, el resto no tarda en llegar. Pero para conseguirlo hay que esforzarse mucho en que llegue la primera, o las 10 primeras.
Como en el epígrafe anterior, pon todos tus sentidos en ello. Piensa lateralmente. Busca elementos para combinar. Pregúntate a ti mismo qué limitaciones que te estás imponiendo, las reglas que estás siguiendo. Fortalece tu carácter y ataca.
12/ Olvídalo todo
“Eric: Mi mujer tiene una memoria terrible.
Ernie: ¿De verdad?
Eric: Si, nunca olvida nada.” Eric Morecambe y Ernie Wise
Tampoco es original del autor. Si has trabajado en entornos creativos habrás escuchado muchas veces que las mejores ideas llegan en los momentos más insospechados. Siempre son fruto de un trabajo callado y oscuro, pero el momento en el que estalla la idea suele ser un momento de reposo, cuando aunque nosotros no nos percatemos, nuestro cerebro sigue trabajando en la solución.
Einstein decía que sus mejores ideas le sobrevenían cuando se afeitaba. Poincaré trabajó durante años en la solución de un problema, y finalmente se fue de vacaciones. En cuanto se bajó del autobús, la solución llegó. Y sin tanto genio cerca, si eres bloguero habrás experimentado que tras unos minutos de descanso, las cosas van mejor. 🙂
13/ Pon la idea en marcha
“Incluso si estás en el carril correcto, te atropellarán si te quedas sentado” Will Rogers
Cuando te detienes delante de un cuadro de arte contemporáneo puede asaltarte la duda de si tu abuela podría haberlo hecho mejor. Y sin duda podría. Pero no lo hace. Y el pintor sí. No hay mucha diferencia entre tener una idea y no hacer nada con ella y no tenerla.
Y como no soy muy aficionada a desgranar argumentos que rozan la autoayuda, termino este epígrafe simplemente diciendo: Si puedes hacerlo, hazlo. Si no, otro lo hará por ti.
Y así termina esta lectura práctica y amena, recomendada para todos los públicos. Ser más creativo es un placer para el intelecto y para el alma, además de ser un bálsamo para la frustración que supone estar atrapado en una situación que te desagrada.
Espero tus comentarios sobre científicos, inventores, creatividad, ideas y manuales milagrosos.
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