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El arquetipo del Creador desea libertad mientras que al mismo tiempo está profundamente motivado por el control. Colgando en este delicado equilibrio, encontramos marcas visionarias e innovadoras que valoran la imaginación y la autoexpresión.

Este artículo forma parte de una serie de 12 entradas relacionadas con los arquetipos que permiten construir marcas que atraigan a consumidores, utilizando técnicas de storytelling. Puedes encontrar una introducción al tema en el artículo Personalidad de marca y arquetipos.

Sobre el arquetipo del Creador

El símil que mejor ilustra la figura del creador es del Dios Padre creador del universo. Con su acción, contribuye a realizar una visión que solo él posee, obteniendo una profunda satisfacción tanto del proceso como del resultado de crear algo que antes no existía.

A esa imagen poderosa se le añaden una dotes creativas extraordinarias, donde cada creación es una expresión de sí mismo.

Como he mencionado, encontramos el arquetipo del Creador en numerosas imágenes mitológicas (Zeus) y en el comportamiento de muchas personas de carne y hueso, como pintores, artistas, inventores y, por supuesto, escritores.

El arquetipo del Creador es además, profundamente inconformista y a veces autosuficiente, por lo que es difícil encerrarlo entre cuatro paredes.

Al igual que otros arquetipos que veremos en sucesivas entradas, como el rebelde (forajido), no es fácil atraparlo, pues su deseo de libertad puede con todo.

Eso sí, a diferencia del arquetipo del rebelde o forajido, el Creador posee orden dentro de sí, está pegado a la realidad. Estructurar el mundo es algo fundamental para él que le proporciona la capacidad de aportar control a un mundo profundamente caótico.

¿Te sientes identificado?

El arquetipo del Creador en acción

Como no podía ser de otra manera, el Creador encaja perfectamente en muchas marcas de diseño, automoción y tecnología. Además de este tipo de empresas, también es un arquetipo extensible a todas aquellas marcas disruptivas que desean sustituir algo viejo por algo nuevo.

Marcas de corte tecnológico como Sony o YouTube encajarían en este arquetipo, aunque también muchas de tipo artístico como Lego. Y por supuesto, Audi y Mercedes, dos de las grandes representantes del arquetipo del Creador.

¿Cómo se enfrentan al contenido visual este tipo de marcas? A menudo buscan una estética pura y cuidada, simple pero elegante, minimalista y artística, regida por el buen gusto y la estética futurista.

Los valores internos que diferencian a este tipo de marcas del resto son la innovación y la calidad. Si tu marca tiene como características principales estos dos valores, ¡eres un Creador!

La cultura interna de las organizaciones basadas en el arquetipo del Creador

No creas que los arquetipos se limitan a dar una personalidad a la marca y echarse a dormir. Como comenté en la introducción a esta entrada, la personalidad no se puede fingir.

Evidentemente, los valores del Creador deben vivir en tu organización, o se notará, y mucho.

La estructura organizativa de las empresas con este arquetipo siempre son colaborativas. El trabajo en equipo y los brainstormings están a la orden del día.

Los empleados tienden a ser autónomos y responsables, conscientes de que forman parte de algo grande, donde si fallan, falla todo el sistema, donde son piezas fundamentales que garantizan la calidad de los productos que crea la marca.

El consumidor Creador

Muy exigente con los objetos de mala calidad, no le gustan las cosas producidas en serie.

No te confundas con un narcisista o con alguien que quiere impresionar a los demás. El Creador compra calidad para expresar cuánto ama las cosas hermosas y porque de verdad es capaz de apreciarlas.

Las compras, como todas las acciones del Creador, son una forma de autoexpresión que poco tiene que ver con los demás.

¿Qué pasa cuando un creador no tiene el poder adquisitivo para permitirse los artículos que desea?

Lo más probable es que se convierta en un caza chollos, rebuscando en tiendas de segunda mano o mercadillos.

Además de comprando, recuerda que el Creador es un alma en busca de la autoexpresión. Es una persona de acción, lo que se manifiesta en sus muchas aficiones manuales: jardinería, carpintería, decoración de la casa o manualidades.

Los niveles del arquetipo del Creador

Cada arquetipo tiene niveles. Es decir, al igual que hay personas que son claramente introvertidas o muy sociales, otros estamos en niveles intermedios la mayoría de las veces.

Por eso, existen diferentes niveles dentro de un mismo arquetipo. Los niveles inferiores son menos avanzados, mientras que los niveles más altos son más evolucionados o desarrollados. O lo que es lo mismo, el nivel 3 correspondería al arquetipo del Creador puro mientras que el nivel 1 contempla solo algunos de sus rasgos.

Nivel 1: en su forma más básica, el arquetipo del Creador se expresa por el acto de crear, pero no es totalmente innovador. Su “creatividad” se materializa imitando a otros.

Nivel 2: cuando es capaz de ir más allá de la imitación, el Creador comienza a dar forma a su propia visión. Mediante un proceso profundo e introspectivo, el Creador comienza a mirar en su interior en contraposición con lo que encuentra en el exterior.

Nivel 3: en su nivel más alto, el arquetipo del Creador fomenta la verdadera innovación y la belleza, creando algo duradero que es capaz de influir en la sociedad.

La familia del Creador

El Creador contiene diferentes atributos, que combinados, hacen surgir nuevos subtipos de arquetipos.

En la familia del Creador, hay cinco posibles combinaciones de atributos.

Como hilo conductor de la familia del arquetipo del Creador están la imaginación y la realización de lo intangible.

1/ El Creador

La apasionada autoexpresión del Creador es la característica más destacable del primer subtipo. Aunque es muy imagino e incluso capaz de pensamiento no lineal, puede ser caprichoso.

Pero no todo son buenas noticias. El perfeccionismo del Creador puede paralizarlo, junto con un profundo temor a ser juzgado y catalogado de mediocre.

2/ El Visionario

El Visionario es perspicaz y perceptivo, con frecuencia muy buen estratega.

De gran imaginación este subarquetipo es capaz de ver el potencial de una idea mientras los demás son incapaces de ver nada.

Sus amenazas son su necesidad de complacer a otras personas que en ocasiones le puede llevar a cambiar de estrategia, desviándose de su visión.

La persona que mejor encaja en el arquetipo del visionario es la conocida figura de Steve Jobs.

3/ El Storyteller

Cuando la imaginación del Creador se combina con el don de la comunicación, surge la figura del Narrador o Storyteller.

Como bien sabes, por muy atractiva que sea una idea, si no somos capaces de comunicarla, estaremos solos. El Storyteller es capaz de crear la magia necesaria para que eso ocurra.

Sus grandes peligros son la exageración o la afectación. Un buen comunicador es capaz de nutrirse de aspectos de la realidad para proyectar su visión del mundo. Ese es el reto del Storyteller.

4/ El Artista

Al igual que el resto de los subarquetipos, el artista tiene una profunda necesidad de autoexpresión. Además, es sensible y creativo.

Aporta una curiosidad innata y el elemento del juego, lo que añade una perspectiva poco ortodoxa que desafía lo formal.

¿Sus miedos?  El fracaso, o la pérdida de la perspectiva. También debe tener cuidado de no caer en los estereotipos del artista muerto de hambre o genio loco.

5/ El Emprendedor

Ambicioso y sediento de éxito, el emprendedor también vive de su visión, haciéndole capaz de un gran empuje que permite convertir los sueños en realidad.

Por desgracia, el empresario puede tener dificultades para lograr sus metas una vez que la adrenalina desaparece.

Ejemplos del arquetipo del Creador, Lego

Para que veas en acción el arquetipo del Creador, te voy a presentar a una marca bien conocida, la danesa Lego.

Fundada en 1932 por Ole Kirk Christiansen, hasta 1949, LEGO se dedicó casi exclusivamente a producir juguetes de madera. Aunque la empresa productora de bloques de plástico consiguió un crecimiento estable a lo largo de las siguientes décadas, en 1970 las ventas comenzaron a resentirse.

Cuando hablábamos con los consumidores y les preguntábamos por qué no compraban más legos, nos decían que ya tenían demasiados”,

relató Christian Majgaard, el artífice de convertir la compañía en un líder mundial. El equipo de Lego se reorientó entonces hacia una nueva oferta, juguetes asociados a dibujos animados y películas de moda que abrían la puerta a un público predispuesto.

Aunque esta estrategia tardó varios años en dar sus frutos, hoy en día el éxito de la marca es tal que a día de hoy han protagonizado su propio largometraje, en lugar de aprovechar el tirón de otros para vender sus productos.

Además de basarse en la creación y la imaginación como valores matrices con los que atraer a los consumidores, la marca también comparte estos valores a nivel interno.

Sus directivos son conscientes de que para lograr el éxito deben innovar continuamente. Por eso en Lego se mantienen separados los equipos de innovación y gestión.

Además, se fomenta de forma activa la participación y se cultiva la cultura del fracaso. En su país de origen, Dinamarca, los ciudadanos cuentan con una amplia red de protección, por lo que el fracaso es visto de forma menos intimidante que en otros países.

Solo asumiendo que el fracaso es parte del viaje, Lego se ha podido permitir estar entre las compañías más valoradas de su mercado con una gama de productos relativamente pequeña (bloques de construcción).

Transmitir esta cultura a través del arquetipo del Creador es algo que parece casi inevitable.

Como él, Lego posee una visión que quiere materializar, disfrutando tanto del logro (el proyecto final hecho con piezas de plástico) como del proceso.

También como este arquetipo, la marca es imaginativa, valiente y desea materializar el orden en un mundo caótico, contribuyendo de forma determinante a mejorar la realidad.

¿Me cuentas tu marca favorita que tenga el arquetipo del Creador como base? Te espero en los comentarios, ¡no me falles!