Hay un momento que me produce pánico escénico. Es ese en el que creo que he hecho un trabajo estupendo, y después de semanas de esfuerzo y pruebas y por fin llega el momento de la entrega. Envío el diseño esperando que se encuentre entre las mejores infografías de la historia y… ¡al cliente no le gusta!
¿Dónde se torció todo? ¿En el diseño, en el texto, en el concepto? En esta entrada quiero contarte los secretos de las mejores infografías que he diseñado y que, además, le gustaron al cliente a la primera.
Paso 1/ Sin copy y diseño no será una de las mejores infografías
Las infografías combinan la visualización de datos con atractivas ilustraciones. Juntas forman una pieza de contenidos fácil de consumir con la que se pueden transmitir los temas más aburridos y pesados.
Las hay animadas, estáticas o interactivas, pero cualquiera de ellas tiene los mismos pasos clave necesarios para lograr el éxito.
Comienza por una respuesta
Todas las buenas infografías responden inmediatamente a la misma pregunta ¿De qué va esto?
Personalmente, me gustan porque no solo requieren tu lado más creativo, sino que debes tener en cuenta a la audiencia objetivo, además de ofrecer información de valor.
Para decidir qué es lo más importante que debe transmitir tu infografía piensa en qué mensaje quieres que resuene en los oídos de la audiencia cuando cierren la pestaña del navegador.
Sin buena redacción no hay paraíso
Dediqué una entrada entera a explicar por qué el copywriting para infografías se merecía un capítulo aparte.
Una infografía no es un artículo, ni una tesis doctoral. Los textos deben ser simples, sin adornos ni florituras para no confundir al lector.
La brevedad es otra de las características más importantes que debe acompañar a las mejores infografías. Ni los textos, ni la longitud, ni los argumentos, ni los datos deben ser excesivamente largos o perderás a la audiencia.
Este esquema es el más adecuado.
• Comienza por un titular grande, para que el tema destaque en redes sociales como Pinterest. Bajo estas líneas tienes un ejemplo del tamaño ideal.
• Incluye un texto introductorio que explique brevemente de qué va la infografía.
• Desarrolla algunos puntos clave.
• Profundiza con datos que apoyen tus tesis.
• Añade ejemplos que ilustren de qué estás hablando.
Diseña con cabeza
Las infografías no son simplemente imágenes bonitas. Sin información de valor, no sirven de nada.
De hecho, los diseñadores las concebimos desde cero pensando en atraer a los usuarios, por eso normalmente la cabecera suele tener una gran imagen. Imagen que suelen tener continuidad a lo largo de la infografía para mantener enganchado al usuario.
No vale cualquier imagen, ten cuidado. Debes tener claro que la imagen tiene que resumir la identidad de la marca y el tema de la infografía.
En este ejemplo diseñado por mi misma, puedes ver cómo he combinado una imagen atractiva que resume el tema de la infografía junto con un titular con el tamaño suficiente como para que se vea bien en redes sociales.
Aunque no lo suelo poner en práctica, sé de agencias que se toman este primer proceso de creación de una infografía muy en serio.
Tan en serio como para crear un moodboard para que los diseñadores puedan seguir el estilo visual marcado.
También es importante que tengas en cuenta en qué dispositivo será visualizada la infografía. Lo veremos más adelante, pero no todas las infografías se ven bien en diferentes resoluciones de pantalla ni en redes sociales, por supuesto.
Si tu audiencia tiene más presencia en dispositivos móviles, deberás tenerlo en cuenta. Utiliza un tamaño de texto más grande que asegure la legibilidad en diferentes tamaños de pantalla.
No pierdas de vista el cierre
Las infografías del sector B2B están pensadas, casi siempre, para generar contactos y reconocimiento de marca.
Por eso, no olvides nunca terminar con un buen cierre como “Contacta con nosotros“, “Descarga la aplicación” o una llamada a la acción similar.
Paso 2/ Las mejores infografías no terminan cuando están diseñadas
Ya tienes tu infografía. Sin embargo, el proceso no ha hecho nada más que empezar.
Para empezar, debes publicarla en tu web o en el blog, pero no de cualquier manera, ojo.
Si, simplemente, la subes a tu web sin el contexto adecuado, los lectores la visitarán y saldrán corriendo sin más.
En su lugar, es buena idea publicarla en el marco de una entrada del blog, junto con un texto explicativo o incluso un vídeo que la acompañe.
Tampoco olvides enlazar a información complementaria dentro de tu web, para favorecer el tiempo de permanencia y que mejore tu posicionamiento.
Si vas a crear una entrada para publicar tu infografía, este es el aspecto ideal que debería tener.
No olvides los siguientes elementos clave:
• Navegación. No dejes abandonados a los usuarios, permíteles navegar por toda tu web cuando visiten la infografía.
• Título. El título del post no tiene por qué coincidir con el de la infografía. Además, si el título (H1) del post tiene la misma palabra clave que la infografía, conseguirás matar dos pájaros de un tiro.
• Botones de compartir en redes sociales. Dales la oportunidad a los lectores de difundir tu infografía colocando botones sociales.
• Entradilla. Si no vas a redactar un artículo ex profeso para la infografía, al menos, redacta una entradilla que resuma el contenido.
• Infografía. ¡No olvides lo más importante! Incluye la infografía en formato jpg o png.
Paso 3/ Promociona la infografía
Solo queda un paso más. Ahora que ya está convenientemente alojada en tu web, es hora de difundir la infografía en redes sociales.
Hazme caso. He compartido muchas infografía en redes sociales y he cometido muchos errores. No quiero que tú los cometas, por eso, si no lees mas que este breve fragmento del artículo, me doy por satisfecha: jamás compartas la infografía completa.
En su lugar, comparte solo una parte, a modo de anzuelo, para que los usuarios sientan la tentación de ver el resto de la infografía.
¡No te olvides de enlazar a la entrada del blog!
Recuerda siempre guardar la proporción de 2:1 para convertir una infografía en una pieza de micro contenido atractiva que haga a los usuarios picar y entrar en tu blog.
¡Ya estás mejor posicionado que el resto de las tristes infografías que se comparten a diario en Facebook!
Aunque si lo que quieres es ser convincente de verdad, utiliza elementos de la infografía para personalizar la vista previa y crear una imagen que seduzca a la audiencia, como en este ejemplo.
Tranquilo, no es para tanto. Solo es necesario tomar algunos de los elementos de la infografía y reorganizarlos para que la imagen de las redes sociales sea lo más atractiva posible.
¡Y ya está! ¿No te parece que ahora la publicación es mucho más atractiva? El trabajo merece la pena, te lo aseguro.
Y si quieres rizar el rizo, puedes preparar más de una imagen para que los usuarios que no piquen la primera vez, lo hagan la segunda ¡o la tercera!
Juega con diferentes imágenes, con el texto y después, evalúa las que más éxito han tenido.
Tanto si las imágenes en redes sociales las haces tú, como si las hace un diseñador, puedes agilizar el proceso planificando con antelación tu calendario editorial.
Cuida el después
Y por supuesto, no descuides el después.
Las mejores infografías de este blog me siguen trayendo tráfico ¡años! después de la primera vez que fueron publicadas.
Ten en cuenta que dos o tres años después de su publicación, tu comunidad es mucho más grande. Los recién llegados a tu comunidad puede que nunca las hayan visto, de forma que si las vuelves a compartir en redes sociales, volverás a pescar lectores.
No tengas la sensación de estar haciendo spam.
Las infografías son un trabajo de contenidos que requiere mucho esfuerzo de conceptualización, diseño, estructura y redacción. Y si están bien hechas, pueden ser de gran utilidad a la audiencia.
Si las compartes cada cierto tiempo, te aseguro que siempre habrá nuevos lectores que se la perdieron en su día, pero que ahora la disfrutan como si la acabaras de publicar.
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