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Te confieso que soy adicta a todas las formas de cultura popular. Me intriga por qué surgen fenómenos como los youtubers o qué causa que Star Trek sea una de las sagas más vistas de todos los tiempos. Por eso, no me he podido resistir a analizar un aspecto de la cultura de masas que lleva entre nosotros desde hace mucho, pero que sigue tan vivo como a principios de los 90, el marketing con memes.

Pero empecemos por el principio.

Qué son los memes y por qué son tan populares

Podríamos definirlos como una expresión visual de algún aspecto de la cultura popular transmitida de forma masiva a través de internet. En los últimos tiempos los hemos visto en las redes sociales en forma imágenes, pero en sus orígenes comenzaron siendo vídeos.

El término “meme” fue utilizado por primera vez por el zoólogo y científico Richard Dawkins. En su libro The Selfish Gene (1976) explica cómo los seres humanos transmiten la información cultural de padres a hijos, en unidades mínimas llamadas “memes“.

Evidentemente, el término ha evolucionado con los años, de forma que la idea original se ha modificado hasta llegar a la concepción actual.

El primer meme del que tenemos conocimiento fue creado por un grupo de animadores de 3D como experimento de randerización. Viajó a través del correo electrónico por toda la empresa en la que trabajaba este grupo de animadores, para poco después conquistar el resto de la red.

¿A qué achacamos ese éxito? En su momento, la idea de un bebé bailando como si fuera un adulto tuvo gran acogida gracias a su originalidad, pero sobre todo, a la calidad de la animación, que para 1996 era muy avanzada.

Hoy en día, el término meme significa algo diferente. El Boga Chaka Babycomo se lo conoce en internet, estaría enmarcado en la categoría de contenido viral, mientras que por meme entendemos una imagen con trasfondo irónico o divertido que refleja una idea, situación o anécdota.

memes-psoe ¿Es lo mismo meme que viral?

Va a ser que no. Definir algo como “viral” explica cómo se propaga por internet, pero no explica el tipo de formato al que pertenece. Un meme (como un vídeo, o una imagen sin texto) puede convertirse en viral, pero no todo lo viral es un meme.

Los virus, en su propagación, realizan millones de copias de sí mismos para transferirse de persona en persona. Es así como funcionan. Y al igual que los virus, aquellos formatos que se convierten en virales, son copiados (digitalmente, se entiende) para propagarse por la red.

De esta forma, si un meme no tiene éxito, puede no llegar a ser viral nunca y no salir del círculo de aquella persona que lo ha creado. Y al mismo tiempo, un mismo meme puede sufrir modificaciones y acabar siendo algo muy distinto según se va impregnando de las distintas subculturas que lo moldean.

Por ejemplo, seguro que recordarás esta imagen:

Marketing con memes, qué son y ejemplos de algunas marcas.

Es tan conocido que incluso tiene su propia página de Wikipedia. Laney Griner subió a Flickr una imagen de su hijo Sammy intentando comer arena. En un principio se acompañó su imagen con la frase “Odio los castillos de arena” porque parecía que Sammy acabara de destrozar el castillo de otro niño.

Desde 2007, Sammy ha protagonizado millones de memes en todos los idiomas. Cada vez que algún acontecimiento nacional o internacional sacude nuestra sociedad, alguien utiliza a Sammy para interpretarlo. Como resultado, puedes encontrar adaptaciones de la imagen primitiva relacionadas con casi todos los acontecimientos importantes del los últimos 10 años.

Marketing con memes, qué son y ejemplos de algunas marcas. Marketing con memes: cómo debería ser el meme perfecto

Como en cualquier muestra de cultura popular, los memes son la suma de muchas acciones individuales. Por eso son tan difíciles de clasificar, sobre todo cuando todavía estamos inmersos en su evolución y no disponemos de medios para analizarlos con distancia.

Lo que sí podemos afirmar es que un meme perfecto tiene que ser:

  • Fácil de consumir. Una simple imagen con unas cuantas palabras debería ser suficiente para transmitir la idea.
  • Fácil de compartir. Los memes viajan sobre todo a través de las redes sociales, por lo que debe resultar sencillo compartirlos por este medio.
  • Familiar. La característica más destacable de los memes es que reflejan situaciones o circunstancias de la vida real que resultan familiares y cotidianas a la audiencia, y que por tanto, son fáciles de reconocer.
  • Divertido. Todos los memes de éxito contienen al menos una pizca de humor, aunque sea en forma irónica o de humor negro.
  • Conectado. Otra de las características principales de un meme es que conecta directamente con otras mentalidades afines, lo que ayuda a que se propaguen de forma espontánea y rápida.

¿Es el marketing con memes adecuado para mi marca?

Llegamos a mi parte favorita. Los memes, como el resto de los formatos de contenidos que hemos abordado en este blog, son contenidos web. Y como tales, puedes adecuarlos perfectamente a tu estrategia de marketing de contenidos. ¿Por qué?

Porque añaden contenido de valor a tu marca

Si compartes memes divertidos y con un punto de provocación, estás siguiendo la regla número uno del marketing de contenidos. ¿No sabes cuál es? Ofrecer contenido con valor añadido a tus potenciales clientes.
 
Además, la ventaja del marketing con memes es que son mucho más rápidos que escribir una entrada de 2.000 palabras y es más fácil de consumir para tus seguidores.

Porque son relevantes en redes sociales

Ya hace tiempo que Facebook modificó su algoritmo para dar más importancia a aquellas publicaciones de marcas que tienen mayor interacción. Por eso, si tu empresa no recibe mucho amor de los fans, puedes utilizar el marketing con memes para llamar la atención y conseguir de forma rápida likes y comentarios.

Porque elevan la moral de tu equipo

Casi 20 años trabajando en marketing me han hecho convencerme de una verdad inmutable: no siempre trabajar en este sector es divertido.

La gente piensa que trabajar en marketing es parecido a ser agente secreto, pero la realidad es que con frecuencia es mucho más mecánico y rutinario de lo que parece.

Por eso, si quieres elevar la moral de tu equipo de marketing, incluso si quieres que otros departamentos te echen una mano, los memes son una buena idea. Y si tu sector es complejo (como la industria técnica o las marcas de B2B) las bromas internas pueden ser una forma de terapia y de llamar la atención sobre tu trabajo.

Cómo atrapar la cultura popular en forma de meme

El marketing con memes cuenta con la ventaja fundamental de que su tiempo de ejecución es muy inferior al de cualquier otra acción de marketing.

En los medios offline, por ejemplo, por mucho que quieras correr, al menos necesitas dos o tres semanas para parir una campaña.

Es por esto que el marketing con memes es perfecto para el medio online. Muchos de ellos son populares mientras la situación o circunstancia que retratan es noticia y pasadas 24 horas, ya no son tan efectivos.

Sin embargo, sí que hay marcas que se aventuran a reflejar la cultura popular, como comentaba hace unas semanas en la entrada Emojis y contenidos. En el caso del marketing con memes, a la publicidad parece que le ha costado más utilizarlos de forma eficaz.

Si quieres poner en marcha una acción de contenidos con memes, no tienen por qué ser muy sofisticados. De hecho, la esencia del meme es que sea lo más espontáneo posible.

Como te he comentado en otras ocasiones, las conversaciones en

 redes sociales son una excelente forma de salir al encuentro de los usuarios y de iniciar contactos que generen engagement.

Marketing con memes, qué son y ejemplos de algunas marcas.

¿Has utilizado alguna vez el marketing con memes? ¿Compartes conmigo alguna campaña que los haya utilizado y que merezca la pena incluir en esta entrada? Para cerrar el tema, no puedo dejar de recordarte que

Carmen Díaz es Content Marketing Manager para Pymes, o lo que es lo mismo, trabaja creando contenidos para pequeñas y medianas empresas que quieran generar más ventas y llegar a unos clientes que cada vez se interesan más por la información y menos por la publicidad invasiva.